jueves, 12 de abril de 2012

2011-2012 Top 5: TV Crushes

La temporada televisiva está a punto de llegar a su fin, y como no, aquí estoy yo para criticar una temporada que ha sido más bien flo... Me dicen que no, que criticar la temporada televisiva ya está muy visto en mis tweets, y que mejor hablamos de lo que todo el mundo está deseando. ¡DE TÍOS BUENOS TELEVISIVOS!
(Para todo aquel sector al que le gusten las féminas, para ver tetas ya está el blog de Snowfey -> http://snowfey.blogspot.com.es/)
Aviso desde ya que esta selección de cinco hombres está hecha según mi gusto personal, y que más que en quien tiene más abdominales, voy a  hacer una mezcla de los que achucharía y los que violaría salvajemente. Así que sin más dilación... ¡A por ello!

miércoles, 11 de abril de 2012

El cetro del amor

En estos últimos meses, he descubierto que mi pene tiene habilidades especiales. ¿Puedo hacer la figura de la torre Eiffel con él? No. ¿Puedo matar a híbridos de humano y pájaro con él? Tampoco. ¿Puedo arrastrar camiones de toneladas con él? Pues... no lo he probado, pero soy vasco, así que casi seguro que sí.
Pero no, no es ninguna de esas habilidades de las que quiero hablar, es de la otra, la más especial. Porque la habilidad de mi pene, no es otra que dar amor.
Y pensareis: "Que bonito, el pene de Hart no folla, reparte amor". Pero, no es tan bonito como podría parecer, ya que el amor que da... no lo recibo yo precisamente.
Tal vez es pura coincidencia, pero aproximadamente la mitad de los hombres que han tenido relaciones sexuales conmigo, han estado emparejados aproximadamente en los 20 días posteriores al coito. Y no conmigo.
Es decir, que mi pene podría solucionar todo el problema de Twitter en un par de meses. ¡Todos con parejas! ¡Chupi!
Pero todos con parejas... menos yo. Porque mientras todo el mundo disfruta, yo me quedaré solo, pensando que todo aquel que podría haber estado conmigo, ya no lo va a estar. Porque soy tan idiota que reparto amor sin quedarme ni una pizquita para mi. Pero que le vamos a hacer, soy un idiota solitario.

Al menos siempre podré frotar mi cetro del amor a diario pidiendo que algún día, ese amor que doy, me vuelva de algún modo... Aunque sea una milésima parte...

¡Hasta el próximo susurro!

martes, 10 de abril de 2012

La gran hostia

Frente a un peligro en el camino, se puede clasificar a los amigos en dos grupos: los que te avisan de este, y los que se esperan a que te des la hostia para que aprendas a mirar el camino. Yo siempre había sido de los amigos que avisaban de estos peligros una y otra vez, pero me cansé de hacerlo, ya que nadie hace caso a las advertencias. Pero es la naturaleza humana. Somos una especie que cree en el ensayo/error. No aprendemos hasta que nos hemos equivocado unas cuantas veces.

Y yo hoy, me siento más humano que nunca.

Voy a poneos en antecedentes. Hará casi dos años que conocí a un tío que me cambió la vida. Con él mi vida era feliz, las horas me parecían segundos. Pero con él también salían todos mis miedos, toda mi peor parte. Unos miedos absurdos que no me permitían avanzar, no me permitían demostrarle lo que me hacía sentir. Aproximadamente cinco meses después, la cuerda estaba tan tensa que acabó rompiéndose. Lo raro es que no hubiese pasado antes.
Y mientras que ese chico, rehacía su vida con otro apenas 15 días después de dejarme, yo seguí mucho tiempo pillado por él. Afortunadamente, Twitter me enseñó que había tíos que podían merecer la pena, así que al menos lo sobrellevaba.
Al mes de dejarlo, mi ex decidió que lo único que hacíamos era hacernos daño, y que si no podíamos ser amigos, mejor que no fuésemos nada. Y así fue. Respeté bastante eso y en los siguientes meses apenas le mandé dos mensajes diciéndole que le echaba de menos (que para todo lo que pensaba en él, dos mensajes eran más bien poco).
Pero todo fue a peor cuando una noche de agosto nos reencontramos y hablamos, y a las horas recibí un mensaje suyo diciéndome que le había hecho ilusión volver a verme. Y ahí empezó una conversación de una hora de SMS's, donde yo le abría todo mi corazón. Creí que tenía una oportunidad, pero tras toda esa charla, me dijo que aún seguía con su novio. Creo que no existen palabras que puedan definir el sentimiento de gilipollas que tuve en ese instante. Fue el momento en el que dije "se acabó, me rindo". Y en el fondo desearía que así hubiese sido.
Pero como ya he dicho antes, soy humano, y propenso a equivocarme. Por ello pensé que podía ser su amigo. Apenas hablamos hasta hace poco, pero antes de llegar a ese punto, empecemos con la trama B.

Al llegar el año nuevo, decidí pasar página y buscar en mi ciudad a alguien que mereciese la pena. Y bueno, hará un mes que conocí a un chico decente, escocés, que era divertido. Yo realmente sólo buscaba pasármelo bien, y en ningún momento esperaba pillarme. Un día quedamos, y la verdad es que para ser una primera cita mía no fue mal. Y al día siguiente quedamos para cenar en mi casa. Reconozco que no fue la mejor noche de la historia, lo sé, pero no me hubiese importado repetir. Y a él cuando acabamos parecía que tampoco, pero al día siguiente las cosas cambiaron, y bueno, digamos que mi pillamiento se convirtió en unidireccional.

Volvamos a la trama A: hará un mes, que volví a hablar con mi ex (quedamos como amigos, pero de la clase de amigos que se saluda por la calle si se ven, vaya). Y le confesé que tenía Whatsapp.

***
Aviso: El Whatsapp, como cualquier red social, lo carga el diablo.
***

Y hablamos, no mucho, pero hablamos. Tal vez yo vea cosas donde no las hay, pero si alguien te dice de quedar a tomar algo, se excede en el uso del ":P", y alguna vez usa el "jijiji", permitirme pensar que sus intenciones no son únicamente amistosas. Aunque realmente lo fuesen, o no, o yo que coño sé.

Pero bueno, a lo que íbamos. El domingo vi que mi ex estaba en esa red social de ámbito gay que todo el mundo sabéis cual es, y al no tener mi foto puesta, aproveché para tomarle un poco el pelo. Me confesó que estaba soltero, y que estaba buscando a alguien.
Cual es mi sorpresa cuando en menos de 24h, el escocés informa de que está en una relación en Facebook. El nombre y la edad que daba de su chico a sus amigos coincidía con el de mi ex, y se habían agregado un día antes.
Obviamente, aunque no debería, me sentó como una patada en los cojones. Y sí, sé que me diréis "te comes mucho la cabeza, seguro que no es verdad, es tu imaginación". Pero os confesaré una cosa, cuando mi instinto me dice algo, rara vez falla. Y esta vez no ha sido una de ellas.
Están juntos, algo confirmado por mi ex a las 4 de la mañana (hora a la que debería haber estado durmiendo, como no).

¿Y a que viene todo esto diréis? Pues como os explicaba, soy humano, y parece que me gusta chocarme mil veces con el muro que hay en mi camino. Pero ya no, hoy ha sido LA GRAN HOSTIA. Una hostia tan fuerte que se ha llevado por delante esos dos muros, dejando el paso libre para que continúe mi camino.

Y esta vez, no pienso pararme para echar de menos los ladrillos, ni para mirar atrás.

martes, 27 de diciembre de 2011

Gritando en el Espacio

La verdad, sinceramente no sé muy bien por qué estoy abriendo este blog. Sé que de todos modos, este blog será como un simple susurro en el Espacio. Posiblemente nadie lo oiga, o si lo oyen, apenas será un leve sonido lo que puedan sentir, un sonido sin coherencia, sin sentido. Vamos, lo que viene siendo un sonido como yo.
Sólo sé, que muchas veces 140 caracteres se me hacen cortos para expresarme, y oye, nunca viene mal vomitar todo lo que guardas dentro encima de gente que no conoces, pero que por cualquier extraño motivo, llegan a tu vida, y lo más raro aún, no salen huyendo tras conocerte.
Y mira que yo de desodorante uso el Anti-Axe, que soy de las personas que en los transportes públicos siempre tiene aproximadamente una distancia a la persona más cercana de un par de metros... Ahora que lo pienso, tal vez eso se deba a que no me duche desde el 2004...
Pues eso, que si me conocéis sabéis más o menos de qué irá esto. Televisión, música, momentos moñas... lo que me salga en el momento. Espero compensarlo todo un poco, para que no sea monotemático, pero no prometo nada.

Sin más dilación me despido.
¡Hasta el próximo susurro!